El icono de la Resurrección de Kariye Cami, Templo Chora en Estambul. Siglo XV,
La resurrección gloriosa que expresa el triunfo de Jesús resucitado que baja a los infiernos para liberar a nuestros padres que estaban en los abismos de la muerte.

La Iglesia
Y yo te digo: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo». Mateo 16, 18-19
Tengo, además, otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también conducir: ellas oirán mi voz, y así habrá un solo Rebaño y un solo Pastor. Juan 10, 16

Tres Pilares
«La santa Tradición, la sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia, según el plan prudente de Dios, están unidos y ligados, de modo que ninguno puede subsistir sin los otros; los tres, cada uno según su carácter, y bajo la acción del único Espíritu Santo, contribuyen eficazmente a la salvación de las almas». CEC 95.
«La santa Tradición y la sagrada Escritura constituyen un único depósito sagrado de la palabra de Dios». CEC 97
El oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios ha sido confiado únicamente al Magisterio de la Iglesia, al Papa y a los obispos en comunión con él. CEC 100

El Catecismo
Un Catecismo debe presentar fiel y orgánicamente la enseñanza de la Sagrada Escritura, de la Tradición viva de la Iglesia y del Magisterio auténtico, así como la herencia espiritual de los Padres, de los santos y santas de la Iglesia, para que se conozcan mejor los misterios cristianos y se reavive la fe del Pueblo de Dios. Debe recoger aquellas explicitaciones de la doctrina que el Espíritu Santo ha sugerido a la Iglesia a lo largo de los siglos. Es preciso también que ayude a iluminar con la luz de la fe las situaciones nuevas y los problemas que en el pasado aún no se habían planteado.
El Catecismo, por tanto, contiene «lo nuevo y lo viejo» (cf. Mt 13, 52), pues la fe es siempre la misma y fuente siempre de luces nuevas.
Constitución Apostólica Fidei Depositum 3.

Camino de Perfección
La gracia sacramental

Las virtudes cristianas

El examen de conciencia

El combate espiritual

