¿Quién hizo la Biblia?
El autor de las Sagradas Escrituras

En la Edad Media, los textos sagrados de la Iglesia católica, como la Biblia, eran considerados de inmenso valor y solían estar encadenados a los púlpitos, mesas de lectura o escritorios de las bibliotecas de monasterios e iglesias. Este método, llamado "encadenamiento de libros" (en latín, libri catenati), era una práctica común en Europa medieval y servía para evitar el robo de estos manuscritos valiosos y preservar su acceso controlado.
La Biblia y otros libros sagrados eran costosos y difíciles de producir, ya que se copiaban a mano en pergaminos por monjes o escribas, un proceso que podía tomar años. Esto hacía que cada ejemplar fuera único y de gran valor, lo que aumentaba su riesgo de robo. Las cadenas permitían que los libros estuvieran a disposición de quienes quisieran consultarlos, pero restringían su movimiento para protegerlos.
Esta práctica siguió en uso hasta bien entrado el Renacimiento y solo decayó cuando la imprenta facilitó la reproducción masiva de textos, reduciendo el valor y la escasez de los libros sagrados.
existen imágenes y grabados que representan la práctica de encadenar libros en bibliotecas e iglesias medievales. Varias bibliotecas antiguas aún conservan ejemplares de libros encadenados, lo cual permite ver cómo funcionaba este sistema. Algunos ejemplos notables de estas bibliotecas son:
Biblioteca Malatestiana en Cesena, Italia: Fundada en el siglo XV, es una de las pocas bibliotecas que ha preservado sus libros encadenados tal como estaban en la época medieval. Es posible ver los libros encadenados a los bancos de lectura, una imagen auténtica de cómo se organizaban los libros sagrados y otros manuscritos valiosos.
La Catedral de Hereford en Inglaterra: Aquí se conserva una biblioteca medieval con libros encadenados que datan de siglos anteriores. Esta es una de las bibliotecas encadenadas más conocidas, y se puede visitar para observar los volúmenes unidos con cadenas en su disposición original.
Ilustraciones medievales: También existen ilustraciones y grabados que muestran cómo se leían los libros en estos espacios, mostrando mesas de lectura con cadenas para asegurar los textos.
los criterios para la inspiración y el canon bíblico católico con sus respectivas fuentes de información.
Criterios para la Inspiración Bíblica
La Iglesia Católica sostiene que la Biblia está inspirada por Dios, y esto se entiende en un sentido doble: inspiración verbal (Dios inspira a los autores a escribir lo que Él quiere transmitir) y inspiración plena (el contenido es verídico, pero escrito por seres humanos con sus características particulares). Algunos de los criterios para la inspiración incluyen:
Autenticidad divina: La Sagrada Escritura es la palabra de Dios, transmitida por autores humanos.
Veracidad: Lo que se escribe en la Biblia es verdad, aunque las expresiones puedan reflejar el contexto histórico o cultural de la época.
Relevancia teológica: Los textos bíblicos, aunque humanos en su redacción, contienen la revelación divina que es necesaria para la salvación.
Fuente: Dei Verbum (Constitución dogmática sobre la divina revelación del Concilio Vaticano II) - Sección 11. Este documento establece la base para la comprensión de la inspiración bíblica en la teología católica.